Mi hermano Borja me preguntó qué había preparado de postre, a lo que le respondí que Brownie de limón. Tardó un segundo en echarse las manos en la cabeza y decirme que los brownies debían de ser de chocolate.

Pero que equivocado está!! Esta maravilla de brownie no tiene absolutamente nada que envidiarle a su primo el de chocolate, y eso que yo soy más que fan de éste último.
No quedaron ni las migas.