¡Bienvenidos de nuevo! Hace tiempo que tengo un par de recetas en la recámara que estoy ansiosa por compartir con vosotros. La receta de hoy es una de ellas, y la de la semana que viene ya es la estrella. Comienzo con esta porque nos servirá para la semana que viene también. Vamos a preparar unos merenguitos deliciosos y delicados perfectos para decorar postres (y para comer a palo seco también jajaja).

Pero primero quiero comenzar contándoos los tres tipos de merengues que hay:
- Merengue francés: este es el más sencillo de preparar. Se consigue batiendo las claras con el azúcar hasta que se montan y luego se hornea. Se suele utilizar en tartas como por ejemplo en las siguientes que ya hemos preparado:
- Merengue suizo: este tipo es de dificultad media y es el más brillante. Es el merengue que prepararemos hoy, perfecto para hacer decoraciones.
- Merengue italiano: este último es el más complicado y que aun no hemos preparado aquí. Para hacerlo hay que hacer un almíbar de azúcar e ir incorporándolo a las claras en forma de hilo mientras las batimos.
Ahora que conocemos los tres tipos vamos a por nuestro merengue suizo para formar pequeños merenguitos.